Yoga: Qué es y por qué practicarlo

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Yoga: Qué es y por qué practicarlo

Que el Yoga está de moda es algo innegable. Se ha producido una revolución en occidente en estos últimos años y, en menos de una década, hemos pasado de las pequeñas salas o los salones de casa a los gimnasios y centros deportivos, de las mantas dobladas en el suelo a las más sofisticadas esterillas, de grupos pequeños a clases abarrotadas de gente. Han nacido nuevos estilos y, con ellos, también nuevos gurús que en algunos casos han aprovechado el auge de esta milenaria disciplina para hacer negocio y vender gato por liebre. También ha proliferado el Yoga de la pose, es decir, de la foto en Instagram, de mira lo que hago, qué guapa soy y qué tipo tengo, etc.[spacer height=»20px»]

De todo hay y de todo tiene que haber. Y aunque, si nos descuidamos, corremos el riesgo de perder la esencia y el significado profundo de lo que es verdaderamente el Yoga, es un riesgo que merece la pena atravesar si con él se permite que esta disciplina llegue por fin al mayor número de personas y pueda aportarles todos sus beneficios.[spacer height=»20px»]

El Yoga nació en la India alrededor del 3000 a.C. En sus inicios. se basaba exclusivamente en el enfoque mental, en un trabajo destinado a dominar y doblegar a la mente.[spacer height=»20px»]

Como sabemos, la mente es una herramienta de la que no podemos prescindir y que bien utilizada nos ayuda a manejarnos en la vida diaria, pero también sabemos que la mente nos juega malas pasadas y nos invade en numerosas ocasiones produciendo en nosotros emociones más que desagradables. No siempre podemos elegir eso que pensamos; a veces los pensamientos se instalan sin pedir permiso y nos pueden generar diversos estados de ánimo, tanto agradables como desagradables. Frecuentemente, la mente nos causa estados de angustia, debido a los pensamientos de comparación, los miedos, celos, envidias, inseguridades, competitividad, etc. En muchas ocasiones, pensamientos imaginarios que no se corresponden con la realidad. Pues bien, el Yoga nació como un método para liberarnos de este yugo que es la mente viciada, el ego, este mono loco e imparable que no siempre nos deja desconectar y estar en calma.[spacer height=»20px»]

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A través de la meditación, el Yoga consigue estados de quietud y claridad para su mente. Una especie de iluminación que te deja comprender la realidad tal y como es, sin juzgarla. Simplemente atendiendo al aquí y el ahora. Evidentemente no es fácil llegar a este estado, y requiere un trabajo arduo y constante.[spacer height=»20px»]

Con el paso del tiempo, nació el Hatha Yoga, en la Edad Media. Se trata del Yoga que más conocemos en Occidente, ese que practicamos en nuestra esterilla y que a menudo confundimos con una simple gimnasia. Nada más lejos de la realidad. Este grupo de posturas (alrededor de mil) siguen teniendo como objetivo la liberación de la mente, de lo ilusorio; es la búsqueda de un despertar y un reencuentro con la propia esencia.[spacer height=»20px»]

Este trabajo lo hacemos a través del cuerpo. Es una práctica física que nos ayuda a mantenernos sanos, a estar fuertes y flexibles. A cuidar nuestros órganos internos pero manteniendo la intención en la mente, es un despertarnos y entrar en contacto con nosotros mismos a través de una respiración consciente y un trabajo de auténtica presencia en cada instante. No se trata para nada de repetir una serie de posturas de manera automática, sino por el contrario se trata de «desautomatizarnos». Es un método integral que abarca al ser humano en todas sus facetas: física, mental, psicológica, energética, ética, etc.[spacer height=»20px»]

No importa donde se practique: un gimnasio, un centro especializado, en una plaza… Recomendable para todos sin importar edad o forma física, ya que el Yoga debe adaptarse a cada persona. Lo importante es la intención, comprender de qué se trata y elegir libremente hasta dónde queremos llegar en nuestra práctica.[spacer height=»20px»]

El Yoga no es dogmático; es respetuoso y si alguien sólo tiene interés en estirarse un poco y tener un rato de relajación a la semana es lícito y está en su derecho. Los que quieran llegar más lejos han de saber que el camino es largo, una verdadera forma de vida, y es que en realidad es ahí donde está el sentido de todo: en el camino, porque la meta no existe.[spacer height=»30px»]

Esperanza Fernández – Instructora de Yoga en Vals Sport Cónsul